Un nuevo marco para una nueva empresa.

En la actualidad, numerosos países están discutiendo y aprobando nuevas leyes destinadas a tipificar y apoyar formas alternativas de organizaciones que integran actividades comerciales con fines de beneficio público; empresas que no renuncian al legítimo interés de maximizar beneficios, pero que no lo hacen a cualquier costo, sino siempre teniendo presente el impacto social y medioambiental que su actividad genera. 

Fue la ciudadanía la que poco a poco fue poniendo sobre la mesa la importancia de contar con un sector privado más sostenible. Esa ciudadanía fue la que provocó cambios en la forma de actuar de las empresas y ahora se hace necesario un compromiso político y público para dotar de estructuras jurídicas apropiadas a estas empresas. 

Crear un marco jurídico e institucional adaptado a las necesidades de estas nuevas empresas no será fácil. Requerirá de un esfuerzo internacional y sostenido, que fomente la adopción de nuevas políticas y marcos regulatorios, el establecimiento de nuevos mecanismos de inversión centrados en el impacto social, el diseño de nuevas métricas de evaluación, y un cambio cultural en empresarios, consumidores y gobiernos.  

En este contexto, el auge y desarrollo que han tenido las Leyes de Beneficio e Interés Colectivo en los países iberoamericanos, son un indicativo de que la región avanza por el camino correcto en la planificación de un paradigma empresarial más justo, humano y sostenible.

Todos Ganan.

Queremos impulsar un modelo de desarrollo empresarial más justo, humano y sostenible, porque estamos convencidos de que esto traerá oportunidades y beneficios significativos para todos y todas: 

Los Gobiernos.

Los gobiernos encontrarán en las entidades del Cuarto Sector nuevos y poderosos aliados para cumplir mejor con sus deberes en un momento de escasez de recursos públicos y una creciente demanda de servicios sociales. Las empresas sociales estimularán la economía, crearán empleos (en Estados Unidos y Europa lo están haciendo a un ritmo dos veces más rápido que las empresas tradicionales), fomentarán la innovación y la renovación de los servicios públicos, y abordarán los problemas sociales y medioambientales desde su raíz.

Las ONGs.

Las ONGs y las entidades del Cuarto Sector comparten objetivos, lo que las convierte en aliados y socios naturales.

El ecosistema del Cuarto Sector ayudará a fundaciones y ONGs a superar el desafío de alcanzar la sostenibilidad financiera, permitiéndoles desarrollar formas de generar ingresos sin sacrificar sus principios.

Empresas B.

Las empresas sociales, empresas B, cooperativas y otras formas de empresas social y medioambientalmente responsables se beneficiarán enormemente de la creación del Cuarto Sector.

Por fin tendrán un ecosistema afín a sus necesidades legales, técnicas y financieras, que les ayude a crecer y ser competitivas.

Empresas Tradicionales.

La mayoría de las empresas tradicionales ya están transformando sus modelos de negocio para satisfacer las nuevas demandas de sus consumidores y accionistas, y hacerlos más sostenibles y competitivos, según el paradigma del crecimiento sostenible. Las entidades del Cuarto Sector pueden proporcionar a estas empresas valiosas lecciones y ejemplos de éxito que guíen su pensamiento estratégico, y les ayude a generar ingresos y crear beneficios sociales al tiempo que reducen al mínimo sus externalidades negativas.

Emprendedores y Empresarios.

Dada su naturaleza e inmenso potencial de crecimiento, el Cuarto Sector se convertirá en un poderoso catalizador de innovación y emprendimiento, especialmente para los jóvenes.

Cada año se crean en el mundo diez millones de empresas sociales. Si se establece el ecosistema correcto, esta tasa aumentaría exponencialmente, lo que se traduciría en mayores oportunidades para los empresarios, más empleos para la población, y más prosperidad para Iberoamérica.

La Sociedad.

El Cuarto Sector es uno de los mecanismos más prometedores que existen en la actualidad para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el año 2030.

Las empresas sociales proporcionan soluciones económicamente viables que abordan directamente las causas subyacentes a los problemas que abordan los ODS, generando los impactos sociales y medioambientales que nuestro mundo necesita.